El número de consultas respiratorias en los servicios de urgencia se ha mantenido estable, aunque se proyecta un aumento considerable en las próximas semanas, lo que exigirá una mayor respuesta de la red asistencial en el marco de la campaña de invierno. Durante la última semana no se registraron variaciones significativas en la cantidad de atenciones por causas respiratorias, pero se espera que la demanda crezca, presionando a los distintos niveles del sistema de salud. En las provincias de San Felipe y Los Andes, la cobertura de vacunación contra la influenza alcanza un 63%, superando el promedio nacional, que se sitúa en un 61%. Esta cifra refleja un buen nivel de protección en la población objetivo y un avance importante en las acciones preventivas frente a las enfermedades respiratorias de invierno. Aun así, en el hospital de Los Andes permanecen dos personas internadas con cuadros graves por enfermedades respiratorias. Ninguna de ellas se había vacunado. Frente a esto, se ha intensificado el trabajo en terreno con visitas a los centros de atención primaria, con el fin de fortalecer su preparación ante el inminente aumento de consultas. En esto, el trabajo en las llamadas salas IRA y ERA, es fundamental. Según se dijo, estas acciones se enmarcan en la estrategia para enfrentar las semanas más críticas del invierno, cuando se prevé una mayor circulación de virus respiratorios.
Aunque los niveles de vacunación en el valle de Aconcagua se mantienen por encima del promedio nacional, los equipos de salud no bajan los brazos y continúan reforzando la campaña de invierno con operativos en distintos puntos de la comuna. El objetivo es acercar las vacunas a las personas que más las necesitan y facilitar el acceso para quienes tienen dificultades para trasladarse a un centro de salud. Desde el Cesfam Centenario han salido a terreno con jornadas masivas en la plaza de armas y también en las ferias libres, lugares con gran afluencia de público y donde es más fácil encontrar a quienes están dentro de los grupos de riesgo. Las vacunas disponibles son contra la influenza, el COVID-19 y la Neumo 23, esta última especialmente recomendada para personas mayores de 65 años. La comunidad ha respondido positivamente a estos operativos. Muchas personas mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas se han acercado a los módulos móviles, destacando la comodidad y la posibilidad de vacunarse sin necesidad de desplazarse grandes distancias. Para los equipos de salud, la clave está en mantener una presencia activa en los espacios donde circula la gente, insistiendo en la importancia de estar protegidos antes de que las enfermedades respiratorias se agudicen con la llegada del invierno. Es que claro, se estima que a mediados de mayo se registre un peak de este tipo de patologías.
La circulación de virus respiratorios ha aumentado significativamente en las últimas semanas, lo que llevó a las autoridades de salud a decretar Alerta Sanitaria. Como parte de las medidas preventivas, el Ministerio de Salud ya había decidido adelantar en un mes la campaña de invierno, permitiendo la vacunación contra la influenza y el Covid19 para los grupos de riesgo. En Los Andes, una de las estrategias ha sido la vacunación en terreno, desplegada por el Cesfam Centenario. Esta iniciativa ha permitido llegar a un número significativo de personas, facilitando el acceso a la inmunización. Los andinos pertenecientes a los grupos de riesgo han valorado estos operativos, ya que muchas veces no pueden vacunarse a tiempo debido a la falta de disponibilidad horaria. Esta estrategia resulta fundamental, considerando que el cuerpo tarda aproximadamente dos semanas en desarrollar inmunidad tras la aplicación de la vacuna. En esta primera etapa de la campaña de invierno, los grupos prioritarios para la vacunación incluyen al personal de salud, embarazadas, niños y niñas desde los seis meses hasta quinto básico, familiares de lactantes prematuros (menores de 37 semanas de gestación) e inmunosuprimidos (menores de seis meses), trabajadores de la educación preescolar y escolar hasta octavo básico, personas mayores de 60 años, cuidadores de adultos mayores y funcionarios de ELEAM. También se contempla a trabajadores de la industria avícola, ganadera y de criaderos de cerdos, además de pacientes crónicos entre 11 y 59 años.
El número de consultas respiratorias en los servicios de urgencia se ha mantenido estable, aunque se proyecta un aumento considerable en las próximas semanas, lo que exigirá una mayor respuesta de la red asistencial en el marco de la campaña de invierno. Durante la última semana no se registraron variaciones significativas en la cantidad de atenciones por causas respiratorias, pero se espera que la demanda crezca, presionando a los distintos niveles del sistema de salud. En las provincias de San Felipe y Los Andes, la cobertura de vacunación contra la influenza alcanza un 63%, superando el promedio nacional, que se sitúa en un 61%. Esta cifra refleja un buen nivel de protección en la población objetivo y un avance importante en las acciones preventivas frente a las enfermedades respiratorias de invierno. Aun así, en el hospital de Los Andes permanecen dos personas internadas con cuadros graves por enfermedades respiratorias. Ninguna de ellas se había vacunado. Frente a esto, se ha intensificado el trabajo en terreno con visitas a los centros de atención primaria, con el fin de fortalecer su preparación ante el inminente aumento de consultas. En esto, el trabajo en las llamadas salas IRA y ERA, es fundamental. Según se dijo, estas acciones se enmarcan en la estrategia para enfrentar las semanas más críticas del invierno, cuando se prevé una mayor circulación de virus respiratorios.
Aunque los niveles de vacunación en el valle de Aconcagua se mantienen por encima del promedio nacional, los equipos de salud no bajan los brazos y continúan reforzando la campaña de invierno con operativos en distintos puntos de la comuna. El objetivo es acercar las vacunas a las personas que más las necesitan y facilitar el acceso para quienes tienen dificultades para trasladarse a un centro de salud. Desde el Cesfam Centenario han salido a terreno con jornadas masivas en la plaza de armas y también en las ferias libres, lugares con gran afluencia de público y donde es más fácil encontrar a quienes están dentro de los grupos de riesgo. Las vacunas disponibles son contra la influenza, el COVID-19 y la Neumo 23, esta última especialmente recomendada para personas mayores de 65 años. La comunidad ha respondido positivamente a estos operativos. Muchas personas mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas se han acercado a los módulos móviles, destacando la comodidad y la posibilidad de vacunarse sin necesidad de desplazarse grandes distancias. Para los equipos de salud, la clave está en mantener una presencia activa en los espacios donde circula la gente, insistiendo en la importancia de estar protegidos antes de que las enfermedades respiratorias se agudicen con la llegada del invierno. Es que claro, se estima que a mediados de mayo se registre un peak de este tipo de patologías.
La circulación de virus respiratorios ha aumentado significativamente en las últimas semanas, lo que llevó a las autoridades de salud a decretar Alerta Sanitaria. Como parte de las medidas preventivas, el Ministerio de Salud ya había decidido adelantar en un mes la campaña de invierno, permitiendo la vacunación contra la influenza y el Covid19 para los grupos de riesgo. En Los Andes, una de las estrategias ha sido la vacunación en terreno, desplegada por el Cesfam Centenario. Esta iniciativa ha permitido llegar a un número significativo de personas, facilitando el acceso a la inmunización. Los andinos pertenecientes a los grupos de riesgo han valorado estos operativos, ya que muchas veces no pueden vacunarse a tiempo debido a la falta de disponibilidad horaria. Esta estrategia resulta fundamental, considerando que el cuerpo tarda aproximadamente dos semanas en desarrollar inmunidad tras la aplicación de la vacuna. En esta primera etapa de la campaña de invierno, los grupos prioritarios para la vacunación incluyen al personal de salud, embarazadas, niños y niñas desde los seis meses hasta quinto básico, familiares de lactantes prematuros (menores de 37 semanas de gestación) e inmunosuprimidos (menores de seis meses), trabajadores de la educación preescolar y escolar hasta octavo básico, personas mayores de 60 años, cuidadores de adultos mayores y funcionarios de ELEAM. También se contempla a trabajadores de la industria avícola, ganadera y de criaderos de cerdos, además de pacientes crónicos entre 11 y 59 años.