49 de las 126 casas entregadas a principios de año en el conjunto habitacional Brisas de Los Andes presentan filtraciones cada vez que llueve. Esta realidad ha generado una gran preocupación entre las familias afectadas, que ven cómo su sueño de la casa propia se ve amenazado por problemas -que aseguran son estructurales- que afectan su calidad de vida. Esta situación ha llevado a reuniones urgentes para buscar responsabilidades y encontrar soluciones rápidas. La prioridad es reparar las viviendas antes de que un nuevo sistema frontal vuelva a poner en riesgo la tranquilidad de los vecinos. Mientras tanto, algunos habitantes han tenido que abandonar sus hogares debido a la humedad y los daños que las filtraciones generan en sus espacios. Aún más complejo es el hecho de que, por tratarse de viviendas sociales, existen plazos que obligan a las familias a habitar las casas antes de la fecha límite establecida para el 15 de julio. Si no lo hacen, el Serviu podría recuperar las viviendas y entregarlas a otras personas que esperan su hogar. Sin embargo, más de la mitad de las casas siguen sin ser ocupadas, algunas por falta de dinero para las terminaciones, otras por motivos personales y ahora, por las filtraciones. En medio de esta difícil realidad, se esperan soluciones concretas e inmediatas con el objetivo de aliviar la incertidumbre y el sufrimiento de quienes, después de tanto esfuerzo, sólo quieren disfrutar de un techo seguro.
49 de las 126 casas entregadas a principios de año en el conjunto habitacional Brisas de Los Andes presentan filtraciones cada vez que llueve. Esta realidad ha generado una gran preocupación entre las familias afectadas, que ven cómo su sueño de la casa propia se ve amenazado por problemas -que aseguran son estructurales- que afectan su calidad de vida. Esta situación ha llevado a reuniones urgentes para buscar responsabilidades y encontrar soluciones rápidas. La prioridad es reparar las viviendas antes de que un nuevo sistema frontal vuelva a poner en riesgo la tranquilidad de los vecinos. Mientras tanto, algunos habitantes han tenido que abandonar sus hogares debido a la humedad y los daños que las filtraciones generan en sus espacios. Aún más complejo es el hecho de que, por tratarse de viviendas sociales, existen plazos que obligan a las familias a habitar las casas antes de la fecha límite establecida para el 15 de julio. Si no lo hacen, el Serviu podría recuperar las viviendas y entregarlas a otras personas que esperan su hogar. Sin embargo, más de la mitad de las casas siguen sin ser ocupadas, algunas por falta de dinero para las terminaciones, otras por motivos personales y ahora, por las filtraciones. En medio de esta difícil realidad, se esperan soluciones concretas e inmediatas con el objetivo de aliviar la incertidumbre y el sufrimiento de quienes, después de tanto esfuerzo, sólo quieren disfrutar de un techo seguro.