Una jornada diferente y llena de sonrisas fue la que se vivió en la Plaza de Armas de Los Andes, más de 100 personas mayores participaron en un operativo de belleza y autocuidado especialmente pensado para ellas. Desde temprano, vecinos y vecinas se acercaron a los módulos instalados en el lugar, donde pudieron acceder a prestaciones como corte de pelo, manicure, masajes y limpieza facial, todo a costo cero. La actividad estuvo dirigida exclusivamente a personas desde los 65 años de edad, quienes previamente se inscribieron a través de la Oficina Municipal para las Personas Mayores. Una vez registrados, los asistentes pudieron optar por uno de los múltiples servicios disponibles, gracias a un programa piloto de Caja Los Andes. La ciudad de Los Andes fue elegida como una de las primeras para implementar esta iniciativa orientada al bienestar de las personas mayores. El foco de la jornada estuvo puesto en brindar un momento de cuidado personal a quienes muchas veces no pueden acceder a estos servicios debido a sus altos costos.
El pasado fin de semana comenzó la que, para muchos, es la última quincena de las vacaciones y eso mantiene una movilidad permanente en rutas y carreteras. Pero esto también deriva en muchas viviendas deshabitadas, lo que provoca el riesgo para la comisión de delitos. Frente a esto, desde Carabineros se reiteró el llamado a la comunidad en torno a dejar sus casas encargadas a vecinos o familiares, de tal modo que no sean llamativas para los delincuentes. Un trabajo que sin duda es mancomunado. Las Instituciones funcionan en torno a la prevención mientras la comunidad aporta con información relevante a través de las denuncias. Los patrullajes mixtos han potenciado el trabajo preventivo, pero por parte de las familias es también importante, no publicar información por redes sociales a los delincuentes. Recomendaciones muy simples e importantes para seguir, y es que la idea es que el período de vacaciones sea un momento de descanso, de tranquilidad, de estar en familia. Y no de encontrarse con la mala noticia de que fueron víctimas de un delito. Otra cosa importante, es la responsabilidad y autocuidado al momento de circular por las rutas y carreteras para evitar la ocurrencia de accidentes.
En el Centro Cultural de Los Andes se dio inicio al programa “Visibilizando la salud mental de las mujeres cuidadoras”, un programa desarrollado por la oficina de la discapacidad de Los Andes para mujeres que deben aprender técnicas de autocuidado y sobrellevar el estrés ocasionado por el cuidado de otros. Este programa fue adjudicado previa postulación al Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS) por profesionales expertos en temas de salud mental. Y consiste en 11 sesiones que duran 2 horas, en grupos de 20 mujeres, trata de canalizar la sobrecarga emocional que retienen en sus labores de cuidadoras. Realizando ejercicios de relajación muscular y también aprendiendo de las emociones. Entre las discapacidades que puede tener una de las personas al cuidado de estas mujeres pueden ser personas con autismo, síndrome de Down o personas postradas en una cama. Las mujeres que asisten a estas sesiones están conformes con la ayuda que están recibiendo y notan el beneficio que reciben. Ya que no solo deben cuidar de otros sino de ellas mismas también.
Una jornada diferente y llena de sonrisas fue la que se vivió en la Plaza de Armas de Los Andes, más de 100 personas mayores participaron en un operativo de belleza y autocuidado especialmente pensado para ellas. Desde temprano, vecinos y vecinas se acercaron a los módulos instalados en el lugar, donde pudieron acceder a prestaciones como corte de pelo, manicure, masajes y limpieza facial, todo a costo cero. La actividad estuvo dirigida exclusivamente a personas desde los 65 años de edad, quienes previamente se inscribieron a través de la Oficina Municipal para las Personas Mayores. Una vez registrados, los asistentes pudieron optar por uno de los múltiples servicios disponibles, gracias a un programa piloto de Caja Los Andes. La ciudad de Los Andes fue elegida como una de las primeras para implementar esta iniciativa orientada al bienestar de las personas mayores. El foco de la jornada estuvo puesto en brindar un momento de cuidado personal a quienes muchas veces no pueden acceder a estos servicios debido a sus altos costos.
El pasado fin de semana comenzó la que, para muchos, es la última quincena de las vacaciones y eso mantiene una movilidad permanente en rutas y carreteras. Pero esto también deriva en muchas viviendas deshabitadas, lo que provoca el riesgo para la comisión de delitos. Frente a esto, desde Carabineros se reiteró el llamado a la comunidad en torno a dejar sus casas encargadas a vecinos o familiares, de tal modo que no sean llamativas para los delincuentes. Un trabajo que sin duda es mancomunado. Las Instituciones funcionan en torno a la prevención mientras la comunidad aporta con información relevante a través de las denuncias. Los patrullajes mixtos han potenciado el trabajo preventivo, pero por parte de las familias es también importante, no publicar información por redes sociales a los delincuentes. Recomendaciones muy simples e importantes para seguir, y es que la idea es que el período de vacaciones sea un momento de descanso, de tranquilidad, de estar en familia. Y no de encontrarse con la mala noticia de que fueron víctimas de un delito. Otra cosa importante, es la responsabilidad y autocuidado al momento de circular por las rutas y carreteras para evitar la ocurrencia de accidentes.
En el Centro Cultural de Los Andes se dio inicio al programa “Visibilizando la salud mental de las mujeres cuidadoras”, un programa desarrollado por la oficina de la discapacidad de Los Andes para mujeres que deben aprender técnicas de autocuidado y sobrellevar el estrés ocasionado por el cuidado de otros. Este programa fue adjudicado previa postulación al Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS) por profesionales expertos en temas de salud mental. Y consiste en 11 sesiones que duran 2 horas, en grupos de 20 mujeres, trata de canalizar la sobrecarga emocional que retienen en sus labores de cuidadoras. Realizando ejercicios de relajación muscular y también aprendiendo de las emociones. Entre las discapacidades que puede tener una de las personas al cuidado de estas mujeres pueden ser personas con autismo, síndrome de Down o personas postradas en una cama. Las mujeres que asisten a estas sesiones están conformes con la ayuda que están recibiendo y notan el beneficio que reciben. Ya que no solo deben cuidar de otros sino de ellas mismas también.